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Es el capítulo siguiente al trabajo "Irreversibilidad entrópica e indeterminación cuántica". A partir de la relación entre irreversibilidad e indeterminación allí planteada se sugiere que una implicación directa de conceptos termodinámicos en la síntesis téorica pendiente puede servir para eliminar dificultades. Como el anterior capítulo tiene un nivel físico y otro filosófico. En el primero se propone un proyecto de investigación que partiría de considerar los fermiones como forma de "radiación confinada" en virtud de una "interacción fotogravitatoria" entre fotones, que serían los constituyentes primarios de la materia. Los fermiones serían remolinos fotónicos autoestabilizados dentro de la dispersión ondulatoria. La fuerza única fotogravitaria explicaría la existencia de los fermiones, la interacción fuerte, la interacción débil, la fuerza electromágnética y la gravedad. Tanto la relatividad restringida como la general se deducirían de los cambios experimentados por las fuerzas internas de los cuerpos, con lo que la explicación de Lorentz de sus ecuaciones deja de ser "ad hoc". La estadística de Fermi derivaría de la de Bose como consecuencia de que en la interacción entre fotones el número de los integrantes de la estructura autoestabilizada entra en la definición de ésta. En el plano filosófico se plantea la generalización al nivel de partículas elementales del surgimiento de estructuras en condiciones alejadas del equilibrio según el modelo construido por Prigogine, que conduce a una visión general de la naturaleza como sistema de procesos con irreversibilidad esencial y tendencia a la complejización. Esto no es formulado como tesis, sino como posibilidad digna de estudio. Se propone un repaso minucioso del desarrollo de la física durante el siglo XX, y un análisis lógico de las coincidencias o contradicciones de los fragmentos teóricos básicos, como vía correcta para realizar no sólo la unificación de campos y partículas sino de la teoría subyacente. La conclusión tiene carácter práctico y didáctico: la formación de los futuros físicos teóricos, capaces de abordar las tareas de la unificación pendiente, deberá combinar la formación filosófica y la historia de la física junto a la formación convencional físicomatemática.
