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José Manuel Lastra Lastra
Al finalizar el milenio, los arúspices y taumaturgos ocuparon gran parte de su tiempo en ejercitar la imaginación del desastre, para presagiar un futuro con grandes incertidumbres, catástrofes y penalidades para el trabajo y su derecho. Algunos abusioneros presagiaron la desaparición del trabajo, y reprodujeron imágenes apocalípticas, promoviendocon euforia la proximidad de sus exequias. El arte de la adivinación es oficio antiguo, consiste en el vaticinio de las cosas futuras, reveladas por medio de signos para predecir el destino humano. Marco Tulio Cicerón escribió su libro De la adivinación en el año 44 a.C., donde señaló que existen dos clases de adivinación: la artificial y la natural.Forman parte de la primera, la aruspicina, los augurios, la astrología y las suertes. De la segunda los sueños y el delirio profético, cuyo contenido está basado, principalmente, en los versos de los Libros sibilinos, los cuales, dada su ambigüedad y oscuridad, pueden significar lo que se quiera.
