Liliana Fort
on nunca trav Quijote éhab s deían la muri existido gran ó convencido haza . Ya ña nadie de controlar deseque identificaba los su caballeros propiocon instinto los andantes dem y de áscumplir con su palabra. Sólo así se podía vivir en un mundo significante,en donde se comprendía a los demás como seres para defenderse por loscaballeros. El estaba dedicado a defender a las mujeres, a los niños y, engeneral, a cualquier pobre y sufriente. Su lenguaje daba lugar a un escenario de oro, mundo ideal en donde se hacía la justicia distributiva yconmutativa, dando a cada quien lo suyo y lo que le convenía. Allí nadiese molestaba. Las mujeres eran libres y, señeras, podían andar solas portodos lados. La tierra, aún no era asunto de los intereses personales, sinoque era de todos. La subjetividad de don Quijote se identificaba con losdemás mediante sus sentimientos.Sin embargo, la mayoría no son caballeros, forman mundos estructurados de acuerdo a sus deseos personales. Ellos se identificaban con losdemás según el dominio que pueden establecer sobre ellos mediante laaplicación de sanciones. La Ley es un término vacío para los hablantes,pues deben mirar las cosas como lo hace el poder y obedecer sus normas. Se convierte en insignificante, porque no hay reconocimiento de laexistencia en la manera de nombrarlos.Dice algún filósofo que lo más importante de los discursos es aquelloque no se dice. Hoy me aventuraré a nombrar esto: su estructuración.Como en el lenguaje se instauran juegos o contextos en donde las personas actúan, procedo a enunciarlos, con la finalidad de diferenciar losambientes y evaluarlos conforme produzcan progreso social. La tolerancia y la paz son la seña de este estado y lo que busco.