Jaime Hugo Talancón Escobedo
La añeja y permanente reflexión acerca de la violencia nos lleva siempre a las fronteras de actuación política, sobre la violencia que históricamente se da desde, contra y dentro de la organización política. “la historia humana es como un río cuyos desbordamientos se llaman crisis y cuyos recodos marcan los principios de nuevas etapas. La historia es, en suma, una serie de cursos y recursos, un vivir encajonado en una libertad que existe solo porque hay, a derecha y a izquierda, las riberas de una inexorable fatalidad […] el hombre vive dentro del cauce que la historia ideal ha excavado y del que no puede escapar sin que la transgresión vaya acompañada de cualquiera de estas dos cosas: de una violenta restitución del orden establecido, o de una desorientación que es la muerte. El desorden es así necesario, a su modo, pero sólo como principio de un nuevo orden y de una nueva ley”.