En este artículo, el autor busca explicar cuantitativamente cómo el así llamado constituyente permanente ha renovado casi todos los artículos de la Constitución, siendo válido afirmar que la Ley Fundamental de hoy no es la de 1917 y, por lo tanto, ya tenemos una nueva Constitución y un nuevo proyecto de país. De esta forma, el autor reflexiona sobre la sustitución de proyecto o modelo de desarrollo nacional, así como sobre la posibilidad –y necesidad– de convocar a un congreso constituyente original que provea de una nueva Constitución.