José Enrique Serrano
El sistema electoral español merece el reconocimiento por su carácter democrático, el cual demuestra una fuerte consistencia en sus elementos esenciales. Estos han estado siempre respaldados por abrumadora mayoría del Congreso de los Diputados, en la que se han integrado una multitud de partidos. Y pese a que la Ley Orgánica del Régimen electoral General se haya modificado parcialmente en 22 ocasiones, sus opciones de base se han mantenido incólumes. ¿Requiere el momento actual de fragmentación electoral, alguna nueva modificación para favorecer la gobernabilidad?