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La comunicación no lo es todo, pero casi. No porque lo diga este artículo ni porque se escriba desde el Museo del Prado, sino porque así funciona esta sociedad.
Lo vemos en el Gobierno y en el Congreso, pero también en el mundo audiovisual y por supuesto en el fútbol. Ya Napoleón dictaba los boletines de la Grande Armée en su regreso, derrotado de Moscú, para hacer digerible lo sucedido y, sobre todo, intentar blindar su prestigio ante la debacle. A esta idea –comunicar para construir una reputación– se ha sumado la necesidad de ser atractivos para que unos ciudadanos con opciones infinitas de consumo en su tiempo libre, donde la cultura no es siempre la primera opción, piensen en los museos. Porque comunicar no es decir, es hacer.
Communication is not everything but almost. Not because it’s written in this article but because our society works in this way. You can see it in politics, also in the show business, football and of course in the Museum world. Napoleón himself wrote the articles published at the Grande Armée bulletin to hide his catastrophic defeat in Russia and to maintain his reputation. Now, on top of this use of communication you must define an strategy to atract new public which has a huge variety of offers to spend their time. And culture is not allways its first option.
