El objetivo de este trabajo es profundizar en el fenómeno migratorio a partir de la concepción social construida en Europa a lo largo de las décadas, así como de los términos que suelen utilizar los operadores jurídico-sociales para referirse a las personas que participan de estos movimientos. La elección de las palabras no es inocente y resulta determinante para construir realidades que integren o excluyan a la población migrante. El redimensionamiento del concepto «inmigrante» y la apuesta por el uso del término «migrante», en contraposición a otros vocablos más excluyentes o que definen situaciones jurídicas específicas se erige, así, como uno de los principales instrumentos para favorecer la educación intercultural. Este proceso de aprendizaje, que fomenta el respeto y la valoración positiva de la diversidad cultural, desempeña un papel fundamental en un momento en el que los movimientos de odio y rechazo hacia los migrantes ha experimentado un crecimiento preocupante en el marco de la sociedad europea.