Juan Carlos Higueras Redecillas
Actualmente, uno de los problemas habituales en el mundo empresarial es que muchas compañías conocen su misión, solo algunas conocen su visión y muy pocas conocen su propósito. No obstante, tener un propósito bien defi-nido, una razón de ser de peso, puede convertirse en el elemento diferenciador y en la fuente de ventaja competitiva que un gran número de empresas necesitan. Y esto, más que nunca, en un momento en el que está cambiando el paradigma de gestión empresarial, donde se está pasando de la búsqueda de creación de valor para los accionistas hacia organizaciones con sentimientos, cuyo objetivo es crear valor social para las generaciones actuales y futuras.