Desde el origen hasta el consumo, la cadena agroalimentaria tiene un valor hasta ahora escasamente ponderado, como es el trabajo de la mujer en los sectores de la producción, industria, logística, distribución, consumo y hostelería. En este último el papel de las mujeres empieza a ser considerado; sin embargo, tanto en uno como en otro sector, aún existe un desequilibrio en materia de salarios, categorización y promoción en la empresa de las trabajadoras en relación a sus homólogos hombres, aunque dependiendo del segmento la situación va mejorando, despacio pero en positivo.