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Celia Ruiz Jiménez, Guillermo Martinez, Manuel Toro, Antonio Camacho
Basándose en que los procesos de biomonitorización aportan información muy valiosa sobre los impactos en organismos y consecuentemente en el estado ecológico de los ecosistemas, la Directiva Marco del Agua (WFD; Unión Europea, 2000) incorpora el uso de indicadores biológicos y métricas para la evaluación del estado ecológico de las masas de agua.
Uno de los elementos biológicos definidos en la Directiva es “Otra flora acuática” incluyendo macrófitos y fitobentos; la composición y abundancia de macrófitos debe ser estimada y evaluada en los lagos definidos como masas de agua dentro de la WFD.
Los macrófitos tienen muchas de las características destacadas para ser un buen bioindicador; responden a fluctuaciones naturales de los regímenes hidrológicos, situación muy habitual en países mediterráneos, y además, podrían detectar cambios atribuibles a presiones e impactos antropogénicos. Existen dos tipos principales de evaluación basados en el uso de las comunidades de macrófitos; índices de diversidad (englobando diferentes variables) e índices basados en el estado trófico de las aguas. En la práctica, ambos sistemas convergen para la evaluación de estado ecológico en el sistema; sin embargo los índices tróficos no son capaces de desvelar suficiente información sobre otro tipo de perturbaciones, como por ejemplo cambios en el uso del suelo y cambios hidromorfológicos (HM). Los helófitos parecen ser una parte crucial de la evaluación y medición de impactos HM.
En este trabajo se realiza una recopilación de información y una evaluación del contexto actual sobre el uso de macrófitos como bioindicadores del estado ecológico de los lagos.
Concretamente, los principales objetivos se centran en (1) el estudio de las presiones y (2) requerimientos de los lagos de la Península Ibérica y (3) las metodologías de evaluación más eficaces para su monitorización, ya que actualmente aun no existe ningún protocolo de muestreo oficial a nivel estatal.
