Los procesos de distritación electoral y el uso del criterio de comunidad de interés

• Autores: Carlos J. Vilalta Perdomo
• Localización: Estudios demográficos y urbanos, ISSN 0186-7210, ISSN-e 2448-6515, Vol. 17, Nº. 1, 2002 (Ejemplar dedicado a: 49, enero-abril), págs. 151-173
• Idioma: español
• DOI: 10.24201/edu.v17i1.1132
• Títulos paralelos:
  • The Process of Dividing Cities into Electoral Districts and the Use of the Community of Interest Criterion
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    Una adecuada distritación electoral es elemento indispensable para el justo ejercicio democrático. No obstante, en México no se ha puesto aún suficiente atención en este tema. Este trabajo ofrece una contribución metodológica al centrarse principalmente en el criterio de “comunidad de interés”. Los resultados de un ejercicio experimental de distritación electoral para el Estado de México demuestran que la utilización de este criterio bajo una dimensión metropolitana, junto con un nuevo algoritmo y el uso indistinto de diversas unidades geográficas al momento de redistritar, ofrece buenos resultados numéricos. De manera accesoria, se coincide con la opinión generalizada de que el proceso de redistritación oficial de 1996 representó un avance sustancial respecto a la de 1978, pero también se sugiere que ésta es perfectible y se puede avanzar más en la aplicación de nuevos criterios rectores en posteriores redistritaciones.

  • English

    Proper division into electoral districts is an essential element for the exercise of democracy. Nevertheless, insufficient attention has been paid to this issue in Mexico so far. This article offers a methodological contribution by focussing primarily on the criterion of "community of interest." The results of an experimental exercise in dividing the state of Mexico shows that using this criterion in a metropolitan context, together with a new algorithm and the indistinct use of various geographical units at the time of re-dividing an area into districts yields positive numerical results. The author agrees with the generalized opinion that the official process of re-dividing areas into electoral districts in 1996 constituted a significant advance over that of 1978. Nonetheless, he also suggests that the latter is perfectible and that more could be done to implement the new governing principles in subsequent divisions into electoral districts.