Argentina
Las transformaciones propias de la globalización desafían hoy tanto a la práctica como a la teoría políticas. En primer lugar, porque la crisis del estado keynesiano ha llevado a cuestionar los conceptos y categorías teóricas a partir de las cuales se ha conformado estado y sociedad durante el siglo XX. Pero en segundo lugar, porque se han vuelto a manifestar las contradicciones sobre las cuales se ha desarrollado modernamente la teoría política. Esta es la razón por la que encontramos muchas similitudes entre el tipo de argumentación empleada por los teóricos de principios del siglo XX y la usada hoy en día. Tanto entonces como ahora afloraron cuestiones, entre otras, relacionadas con la legitimidad, la igualdad y la diferencia, la integración política y el rol de las creencias. Pero el énfasis puesto en la racionalidad instrumental como el único modo de lograr la eficiencia llevó a una matematización de la política del siglo XX. Así, la política fue asimilada a una guerra de posición en la que el estado era la última trinchera, mientras el hombre común perdía espacios de libertad y, con ella, su propia autonomía. Pero no obstante que este tipo de soluciones ha sido fuertemente cuestionada últimamente debido al afloramiento de la diferencia, la ausencia de un debate más profundo acerca de estas cuestiones teóricas nos pone ante el riesgo de caer nuevamente en una solución tecnocrática.
Transformations due to globalization challenge nowadays both political theory and practice. First of all, because the crisis of the Keynesian State has questioned theoretical concepts and categories through which State and society have been built during the XXth Century, but secondly, because the contradictions on which modern political theory has been developed are also exposed. This is the reason why we can find certain similarities in the kind of arguments given by early XXth century-theoreticians and the ones given nowadays. Then and now thinkers dealt with similar kind of issues, such as legitimacy, equality and difference, social and political integration, the role of believes in politics, among others. But the accent put on an instrumental rationality as the only way to achieve efficiency translated XXth century-politics to mere mathematical terms. Thus, politics was assimilated to a war of positions, where the state was the last conquest to be made; at the same time that common man loses his own autonomy and freedom. But notwithstanding this kind of solution has lately been strongly questioned by the emergence of difference, the lack of a deeper debate about these theoretical issues makes us run the risk of falling again on a technocratic solution.