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César Arese
El convenio 105 sobre abolición del trabajo forzoso de la Organización Internacional del Trabajo, complementario del convenio 29 sobre trabajo forzoso, constituye una especialización de esta norma dirigida, fundamentalmente, a la actividad estatal. Se vincula con el núcleo central de Derechos Humanos e integra al concepto de Derechos Humanos Laborales. Por lo tanto, el derecho a trabajar en libertad y dignidad, sin trabajo forzoso es un derecho humano laboral. Pero a su vez, se encuentra comprendido dentro de la idea de jus cogens laboral, debido a su antigua, amplia, y completa consagración en normas de derechos fundamentales de carácter general y del Derecho del Trabajo. También se vincula y complementa con el Convenio 190 y la Recomendación 206 sobre violencia y acoso en el trabajo (2019) porque el trabajo forzoso en su diversidad de situaciones, constituye también un acto de violencia laboral. La amplia cantidad de hipótesis de transgresión de trabajo libre del Convenio 105 poseen plena potencia en pleno Siglo XXI, valga la redundancia. Su erradicación definitiva es tarea esencial para un justo futuro del trabajo.
Agreement 105 on the abolition of forced labour of the International Labour Organization, complementary to agreement 29 on forced labour, constitutes a specialization of this norm directed, fundamentally, to state activity. It is linked to the central nucleus of Human Rights and integrates the concept of Labour Human Rights. Therefore, the right to work in freedom and dignity without forced labour is a human labour right. But at the same time, it is included within the idea of labour jus cogens, due to its old, broad, and complete consecration in norms of fundamental rights of a general nature and of Labour Law. It is also linked and complemented with Convention 190 and Recommendation 206 on violence and harassment at work (2019) because forced labour in its diversity of situations also constitutes an act of labour violence. The large number of hypotheses of transgression of free labour of Convention 105 have full power in the XXI century, regardless of redundancy. Its definitive eradication is an essential task for a just future of work.
