Analiza la autora si determinados diseños de ropa, hasta ahora protegidos como "diseño", podrían quedar comprendidos dentro del ámbito de protección de las obra de arte u obras de propiedad intelectual, llegando a la conclusión de que el hecho de que una determinada prenda de vestir genere un efecto visual propio y considerable desde un punto de vista estético, no es suficiente para que sea considerado como tal.