La investigación con quimeras para obtener órganos humanos para trasplante supone un desafío de enorme trascendencia para los sistemas de protección social en las sociedades occidentales. Esto es así porque requieren un esfuerzo organizado para asegurar el desarrollo de investigaciones en un marco ético explícito que no debe traspasarse. Sin embargo, también supone un enorme desafío par aevitar el mero negocio que implica alcanzar la equidad como organismo sanitario, la Organización Mundial de la Salud (OMS)