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Víctor Krebs
Este artículo trata sobre (i) nuestra resistencia tradicional al sentimiento como constitutivo de la tarea filosófica; y (ii) sobre el poder de la estética para permitir la ética. Se afirma que el sentimiento es necesario para el significado y el valor. Se argumenta, además, que la experiencia estética, y la estética en general, tienen el poder de despertarnos de nuestro sueño o entumecimiento existencial habitual. Debido a que la gramática del lenguaje estético implica auto-exposición y auto-compromiso, sugerimos que al rechazar lo sensible, podemos estar rechazando el inevitable compromiso emocional en toda comunicación humana y evadiendo la dificultad de la vulnerabilidad necesaria para la verdadera tarea de la filosofía.
This paper is about (i) our traditional resistance to feeling as constitutive of the philosophical task, and (ii) the power of aesthetics to enable ethics. It claims that feeling is necessary for meaning and value. It is argued, further, that aesthetic experience, and the aesthetic in general, have the power to wake us up from our usual existential sleep or numbness. Because the grammar of aesthetic language involves self-exposure and self-commitment, we suggest, in rejecting the sensible, we may be disavowing the inevitable emotional engagement in all human communication and evading the difficulty of the vulnerability necessary for the real task of philosop
