Luis Vega Sorrosal
Tras un tiempo de experiencia en el desarrollo de programas de justicia restaurativa en centros penitenciarios y de inserción social, me encuentro recurrentemente con una pregunta que asoma, antes o después, en contacto con cada persona penada: ¿qué pudo llevar a esta persona que tengo enfrente, con quien siento tantas afinidades y empatía, a cometer un hecho delictivo? ¿Qué hay de distinto entre él/ella y yo? ¿Hay realmente algo diferente?