En este texto, el autor plantea la necesidad de un cambio de paradigma en nuestra forma de entender la naturaleza, a partir de la crítica al neodarwinismo y las aportaciones de Lynn Margulis en torno al mundo microbiano como pilar de la naturaleza. De todo ello se desprende un significado radicalmente opuesto a la vieja biología, y de él pueden extraerse lecciones para el reino de lo humano formado por seres sociales y de la naturaleza, a cuyas leyes, tendencias y limitaciones están sometidos los seres sociales de manera fuerte. Se subraya igualmente cómo han existido épocas y lugares en que los asuntos humanos han estado más del lado de lo propiamente constitutivo de la naturaleza humana: la cooperación, el afecto y la vida en común, la simbiosis mutualista. Planteamientos que el autor considera necesario poner en el centro del nuevo paradigma para evitar que este mundo no llegue a la mayor de sus catástrofes vividas.