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Mariana Páez
Los espacios ESI (Educación Sexual Integral) funcionan como una grieta en el territorio escolar. Son lugares que albergan la duda. La pregunta. La experimentación. En ellos se producen fenómenos discursivos de desnaturalización/ desmitificación desde el cuerpo.
Las tensiones constitutivas de toda grieta se manifiestan en estos espacios de manera contundente. La incomodidad, el desgano, la risa, son algunas de las resistencias con las que se deben lidiar.
Entre las condiciones de producción necesarias para la existencia de estos lugares sentipensantes, el formato taller resulta central. En ellos la invitación cursada a los jóvenes es a trabajar con una especial materia prima: los significados encarnados en torno a la sexualidad.
En los territorios ESI estudiados , una es la herramienta de intervención privilegiada: la conversación como experiencia corporal y la experiencia corporal como conversación.
The ESI (Integral Sexual Education) spaces work as a crack in the school territory. They are places that harbor doubt, question and experimentation. In them there are discursive phenomena of denaturation / demystification from the body.
The constitutive tensions of every crack manifest in these spaces forcefully. Discomfort, reluctance, laughter, are some of the resistances that must be dealt with.
Among the conditions of production necessary for the existence of these sentimental places, the workshop format is central. The invitation addressed to young people is to work with a special raw material: the meanings incarnated around sexuality.
In the ESI territories studied, the privileged intervention tool is conversation as bodily experience and bodily experience as conversation.
