Este trabajo busca poner en diálogo a Amargo y dulzón (2002), de Michaelle Ascencio con las reflexiones teóricas de la autora sobre las novelas antillanas. La escritora explora los mismos temas que encuentra en autores haitianos: el viaje como representación del exilio y el regreso a la isla natal. La novela posee visos autobiográfcos, nos interesa leerla como búsqueda identitaria, a partir de la estructura misma de la novela y de la construcción del personaje principal, Altina, alter ego de la autora. Interesan también los vasos comunicantes con otras novelas caribeñas que comparten el tema del regreso al país natal.