Las consultas preliminares son una herramienta práctica que debiera emplearse en toda contratación pública. Su utilización ayudaría al mercado a estar preparado para luego presentar una oferta adecuada y completa, pero también sería útil especialmente a la Administración. La mala definición del objeto del contrato, la generalmente arbitraria configuración de los criterios de adjudicación son aspectos que pueden evitarse si se lleva a cabo una consulta preliminar del mercado.