Jorge Armas Pérez
La historia de los grafitis en España se remonta a principios de los años 80. Desde entonces, esa minoría de escritores urbanos se fue convirtiendo paulatinamente en un problema para los ayuntamientos de las grandes ciudades. El motivo son las cada vez más frecuentes quejas que emitían los vecinos debido a las pintadas que encontraban en los muros y, en general, en el mobiliario urbano de sus comunidades. Este hecho obligó a las administraciones a legislar y regular la práctica de esta actividad. A lo largo de este artículo diseccionaré la normativa que ha regulado el graffiti en nuestro país desde sus inicios hasta la actualidad, haciendo mención especial al pintor menor de edad.