El parque nace a partir de una intervención de 1,5 km y 56 hectáreas, en Porto Alegre, la metrópolis más grande del sur de Brasil, y reconecta la ciudad con su medio natural. El parque recupera un área degradada a través de la creación de una serie de espacios paisajísticos que resaltan la flora local de forma conjunta con nuevos iconos urbanos e infraestructuras para el turismo, deportes, ocio, gastronomía y entretenimiento. La topografía es una parte intrínseca de la solución y la arquitectura es el hilo que conecta la ciudad y sus aguas.
La puesta de sol que ilumina Porto Alegre encuentra así un marco digno y los porto-alegrenses la dirección para disfrutarlo.