El profesor Colomer, procesalista, conocedor del derecho comparado, analiza la compleja relación dogmática, histórica y práctica entre el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil. Parte de la paradójica situación de que en Francia —el origen del movimiento codificador— primero fue la ley sustantiva (1804) y luego la adjetiva (1806), y en España ha sido exactamente al revés, primero la ley procesal (1881) y luego el Código cuyo aniversario celebramos (1889). Constructivamente el autor intenta ver que la regulación dual de nuestro sistema no fue un «capricho del legislador», pero es crítico y reclama un código unitario respetuoso con el sistema que arranca de la Ley procesal del año 2000, que pueda conciliar la doctrina científica con la práctica judicial.