Conocido es que en nuestro ordenamiento jurídico penal solo son imputables las personas físicas (Principio de responsabilidad personal-artículo 8 CP) y no las personas jurídicas. No obstante, dada la relevancia que en el contexto actual ha adquirido la delincuencia organizada, es un hecho constatable la inclusión de las empresas como factor criminal, fuente o foco de delitos; de ahí, que el paradigma de la responsabilidad penal individual ha cambiado de tal manera que han motivado una tendencia creciente en el Derecho Comparado a reconocer la responsabilidad penal de la propia persona jurídica. En el contexto actual, se enfocan las noticias informando sobre delitos cometidos al amparo de las personas jurídicas, mismas que si bien tienen derechos en el plano patrimonial (civil, mercantil, administrativo, entre otros) homologables a los de una persona natural; de igual forma, resulta apropiado toleren la misma responsabilidad de los individuos. La globalización económica y las necesidades político-criminales transnacionales han generado cambios normativos en países reticentes a aceptar esta transformación de perspectiva desde el Derecho Penal. Considero importante aperturar en nuestro sistema el debate sobre la conveniencia de incorporar la responsabilidad punitiva de las personas jurídicas, y estudiar lo qué sucede en este ámbito desde el derecho comparado para aceptar la derogación del principio societas delinquere non potest, que sin duda, más temprano que tarde nos está llegando de la mano con la imperiosa necesidad de responder a una criminalidad organizada y empresarial que ha desbordado los cauces naturales de la imputación del derecho penal (la persona física)
It is known that in our criminal legal system only individuals are imputable (Principle of personal responsibility-Article 8 PC) and not legal entities. However, given the relevance of organized crime in today's context, it is a fact that companies are included as a criminal factor, source or focus of crime; hence, that the paradigm of individual criminal responsibility has changed in such a way that they have motivated an increasing tendency in Comparative Law to recognize the criminal responsibility of the legal entity itself. In the current context, the focus is on news reporting on crimes committed by legal persons, although they have rights in the patrimonial (civil, mercantile, administrative, among others) that are comparable to those of a natural person; it is also appropriate to tolerate the same responsibility of individuals. Economic globalization and transnational political-criminal needs have generated normative changes in countries that are reluctant to accept this transformation of perspective from criminal law. I believe it is important to open up in our system the debate on the appropriateness of incorporating the punitive responsibility of legal persons, and to study what happens in this field from comparative law to accept the repeal of the principle societas delinquere non potest, which, which is reaching us by the hand with the urgent need to respond to an organized and entrepreneurial criminality that has overflowed the natural channels of imputation of criminal law (the natural person)