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Mediante datos demográficos se intenta mostrar cómo la desigualdad de género es una constante para diversos grupos poblacionales, esta situación debe ser analizada en conjunto con la desigualdad socioeconómica debido a que la ausencia o presencia de ingresos económicos puede disminuir o incrementar dicha desigualdad. A la vez, la inequidad puede estar presente en distintos momentos de la vida: durante la niñez, la etapa productiva y/o la vejez. Algunas personas van acumulando desventajas sociales en su curso de vida, heredándolo a sus descendientes, sin posibilidades reales de superar dichas desventajas.
Toca al Trabajo Social realizar propuestas tendientes al logro del equilibrio entre hombres y mujeres en los distintos ámbitos de la vida, para ello se requiere considerar a las personas como seres con historia, en una visión longitudinal y no de momento, lo que facilitará su comprensión y el emprendimiento de acciones que tomen en cuenta sus circunstancias de vida anteriores y actuales.
