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Hoy en día cada vez son más sofi sticados los sistemas de armas que se utilizan en los confl ictos bélicos, lo que conlleva una considerable inversión económica. Previo a los confl ictos, es necesario instruir al personal del ejército en el uso de estos sistemas para mejorar su capacidad en zona de operaciones. En Artillería Anti-Aérea los sistemas utilizados suponen del orden de cientos de miles e incluso de millones de euros.
Por ello, los ejércitos buscan métodos alternativos para instruir al personal y adiestrar las unidades que supongan el mínimo coste posible. La solución planteada a este problema fueron los simuladores, que no solo permiten ejecutar secuencias de entrenamiento similares a las reales sino que además, proporcionan una herramienta para evaluar la destreza del “alumno”. Una pregunta que cabe hacerse es si los simuladores de que dispone el Ejército de Tierra instruyen de manera efi ciente al personal, o simplemente instruyen al personal para el simulador dejando de lado el ambiente real.
