Acceso usuarios
Siempre he sentido mayor afecto por Melilla que por Ceuta, a pesar de haber estado destinado en esta última ciudad, en la V Bandera de La Legión. Ese afecto apareció cuando de pequeño fui conociendo las peripecias de mi abuelo Vicente que participó, como sargento del Regimiento de Infantería Ceriñola nº 42, en las operaciones de pacifi cación de los territorios cercanos a Melilla hasta poco antes de 1921.
En 2013 fui a Melilla por primera vez1 . La estancia iba a ser breve, pero iba yo con un propósito irrenunciable: visitar el Panteón de los Héroes del cementerio de la Purísima Concepción.
¿Por qué ese interés que, realmente, era una necesidad? Porque desde antes de ingresar en la AGM –en 1975- ya tenía un interés general por la historia y, gracias a una conferencia que nos dieron a los cadetes en el Salón de Actos, me centré.
Trataba sobre el Desastre de Annual, ocurrido en julio y agosto de 1921 al oeste de Melilla, y me impresionó por todo lo que hubo de malo –exceso de confi anza, escasez de tropas, medios e instrucción, imprevisión, negligencia, cobardía, elevadísimo número de bajas,…-, como de bueno –heroísmo del Regimiento de Caballería Alcántara y de otros también-. Mi abuelo pudo haber sido un actor más de aquel drama pero había ascendido poco antes y estaba destinado lejos. Además, un tío abuelo de un amigo era el famoso sargento Francisco Basallo, el que cuidó heroicamente a los enfermos y heridos prisioneros en Axdir (Alhucemas) en 1921 y a los que luego me referiré.
Desde entonces, todo lo de la Guerra de Marruecos -la pacifi cación de la parte norte de su territorio asignada a España2-, me resultó interesante. En el Depósito Cartográfi co de Ceuta localicé las hojas del antiguo Protectorado -a 1:50.000 creo recordar-, sin estrenar, y monté en mi casa un gran plano en el que estudiar las operaciones. Hasta me atreví a escribir una historia de esa guerra que, al tener que ahondar en los hechos, Melilla fue constituyéndose cada vez más en el centro de todo mi interés.
