Luis Huete Morillo
Una buena o mala gestión por parte del equipo directivo de una compañía es lo que determinará la vitalidad de la organización en cada etapa por la que pase. El objetivo debería ser conseguir una empresa que permanezca sana y joven eternamente, y para ello es imprescindible que sus directivos actúen como terapeutas: aportando vitaminas a la institución para aumentar su vitalidad e inyectándole vacunas para robustecer su sistema inmunológico, evitando así que contraiga las patologías ocasionadas por los cambios en el mercado. Ambas actividades se entrelazan entre sí, y pueden tener el efecto de revitalizar, rejuvenecer o disminuir la posibilidad de enfermar de las empresa