Cuando la mayoría adopta leyes que afectan principios constitucionales fundamentales, es preciso que los Tribunales Constitucionales actúen en defensa de estos principios; sin embargo, el tema de cómo puedan cumplir con esta tarea es debatido, ya que cualquier acción tendría consecuencias notables para la arquitectura institucional del Estado. En las últimas décadas, conflictos entre mayorías y Tribunales constitucionales ocurrieron en Hungría e Italia. Destaca la distinta actitud de los dos Tribunales. La Corte italiana hizo todo lo posible para no enfrentarse directamente al Gobierno, al gozar éste de una fuerte legitimación electoral; el Tribunal húngaro construyó argumentos sofisticados en contra de la mayoría parlamentaria. El resultado, quizás paradójico, ha sido que al largo plazo la Corte italiana ha preservado intactos sus poderes y ha podido desempeñar un papel crucial en la defensa de la legalidad constitucional; el Tribunal húngaro, tras perder la batalla con el Gobierno, ha sido relegado a una posición marginal en el debate interinstitucional.
When elected majorities pass rules affecting basic principles of a State’s constitution, it is for constitutional courts to act in defence of such principles. How such action is to be taken, and what consequences it entails for the constitutional architecture of the State concerned, is nevertheless a matter for discussion. In the last decades, Italy and Hungary have been confronted with long-lasting struggles between elected majorities and the constitutional court; yet, the latter’s attitude in the two countries has been radically different. The Italian Court avoided a direct clash with a Government as it enjoyed high electoral consensus; Hungarian judges crafted sophisticated arguments to oppose the legislature. In the long run the result is paradoxical: the Italian Court has preserved its powers and played a major role in protecting constitutional legality, whereas the Hungarian Court has been confined to a marginal position in the inter-institutional debate.