Cada vez prolifera más por las empresas la instauración de los "Códigos Éticos", como afirmación formal de principios que definen los estándares de comportamiento de una organización y un instrumento para informar a los trabajadores sobre aquellos principios. La generalización de la implantación de códigos de conducta o códigos éticos en las empresas y organizaciones ha introducido una nueva norma en el ya complejo entramado regulatorio laboral. El encaje de estos instrumentos, sin embargo, no siempre es sencillo y, cada vez con más frecuencia, los tribunales tienen que acotar o matizar las obligaciones que a través de ellos pretenden imponer los empresarios a los trabajadores.