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Este estudio se realiza en una propiedad rural pluriactiva y multifuncional, en sur de Brasil. En la propiedad el turismo rural es una actividad no agrícola importante para el apoyo económico a familia de propietarios e para su permanencia en la estancia. El debate se centra en la interacción entre visitantes y familiares y en los cambios en los estilos de vida de los receptores, especialmente en sus hábitos alimentarios cotidianos. El objetivo en este artículo es analizar la construcción del menú, considerándolo como identidad y expresión del patrimonio, señalando un posible cambio motivado por la presencia de los turistas. Se toman como indicadores de análisis, los conceptos identidad y patrimonio. El método utilizado para la recolección de datos fue la etnografía, con registro de datos de en diario de campo, y entrevistas semiestructuradas. Como resultado tenemos que el menú es híbrido y plural, y que emerge de las categorías de análisis la separación entre “alimento nuestra" y "alimento de turista" en la búsqueda de calificar la interacción con los turistas, sino también de preservar la identidad de la familia, al ver la comida como patrimonio personal.
O locus deste estudo é uma propriedade rural pluriativa e multifuncional, localizada no extremo sul do Brasil. Nela o turismo rural se apresenta como uma atividade não-agrícola importante para o sustento da família proprietária e sua permanência no campo. O debate centra-se na interação entre visitantes e familiares e nas mudanças nos modos de vida dos receptores, em especial nas práticas alimentares cotidianas. O objetivo é o de analisar a construção do cardápio, considerando-o como expressão identitária e patrimonial, atentando para possíveis mudança motivadas pela presença de turistas. Tomam-se como indicadores de análise, identidade e patrimônio. O método utilizado para coleta de dados foi a etnografia, com registro dos dados em diário de campo, e entrevistas semiestruturadas. Como resultado tem-se que o cardápio é híbrido e plural, emergindo na análise as categorias “comida nossa” e “comida turística”, separação que parece pretender qualificar a interação com o turista, mas também preservar a identidade familiar, vendo a comida como seu patrimônio.
