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Como otras muchas ciudades periféricas de pequeña dimensión, Ponteareas (Pontevedra) sufrió un crecimiento intenso durante los años de la burbuja inmobiliaria. Desde entonces la ciudad decrece, sus residentes envejecen y no existen negocios dinámicos o atracciones turísticas relevantes para revertir la situación y atraer nueva población.
En la tensión competitiva en la que se encuentran todas las ciudades, el ayuntamiento inició en 2016 un nuevo camino: la construcción de un hábitat saludable. Aprovechando la convocatoria de fondos europeos reconoció el problema y aceptó la realidad: la ciudad no tenía suficientes valores para atraer y retener a la población aunque la calidad de vida se podía seguir considerando alta, por lo que incrementar la salud de sus residentes podría ser un claro mecanismo de diferenciación.
Para ello se inició un proceso participativo multinivel, con el fin de refrendar la idea a través de las fortalezas y demandas de la ciudadanía. A continuación se elaboró una estrategia urbana que definiese los principales mecanismos de actuación y los puntos de reequilibro urbano en la ciudad. Por último, la verdadera transformación se planteo a través de la redacción de un plan de movilidad, capaz de resituar al peatón y al espacio público como garante de la resiliencia de la ciudad.
