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David Mendieta González
En tiempos de la posverdad, cuando muchos se justifican en las verdades relativas y frente a la proliferación de las fake news (noticias falsas), queda claro que estamos atravesando por una crisis de valores que nos vicia como humanidad. Problemas como el terrorismo, la inmigración, la desigualdad social nos cuestionan como sociedad y cuestionan el papel del Estado. Males del pasado que creímos superados hoy están vigentes; el auge del racismo, el caudillismo, el fanatismo religioso nos demuestran que nunca se fueron, siempre estuvieron ahí; la diferencia es que quienes padecen de estas enfermedades se sienten respaldados para dejar salir sus demonios.Frente a la arremetida oscurantista, tenemos la esperanza del conocimiento. Nuestro compromiso es con la libertad, con la democracia, con el debate de ideas, con la construcción de la academia, con el respeto por la ciencia. Por eso espacios como Opinión Jurídica se hacen más relevantes, pues son nuestra medicina, escudo y arma de protección.Ponemos a consideración de nuestros lectores nueve artículos de múltiples temáticas del derecho. Investigadores de Brasil, Chile, México y Colombia comparten con nosotros su conocimiento, sus temores, pero también sus conclusiones y soluciones. Investigar no es fácil, es el resultado de muchas horas de lectura, noches en vela y tasas de café, tener en la cabeza preguntas y buscar respuestas, lentamente ir hilando frases y conceptos para la obtención de un texto que luego con humildad le será presentado a la comunidad académica, pero es solo el comienzo, pues el investigador debe estar presto a la discusión, permitir la confrontación de ideas y, si es del caso, a aceptar que se pudo haber incurrido en error.Por eso Opinión Jurídica (número 31) quiere hacer un reconocimiento a los investigadores que, con tanto esfuerzo y dedicación, nos ayudan a no claudicar frente a la fe ciega y crédula del fanatismo, a no rendirnos ante quienes, disfrazados de institucionalidad, pretenden abusar del poder. Señores investigadores, gracias, por mostrarnos que no todo está perdido, que hay esperanza para la razón y es posible, al menos por ahora, pensar en un mundo mejor.
In times of the post-truth, when many people justify their actions based on relative truths, and with respect to the proliferation of fake news, it is clear now that we are going through a crisis of values that vitiates us as humankind. Problems such as terrorism, immigration, and social inequality challenge our society and the role of the government. Problems of the past, believed by us as overcome, are currently emerging again; the boom of racism, autocratic leadership, and religious intolerance show us that they didn’t leave actually; they were always present. The only difference is that people suffering such problems feel supported for leaving devils go out. In relation to the obscurantist attack, we hold the hope of knowledge. We are actually committed to freedom, democracy, debate of ideas, construction of education, and respect for science. For this reason, Opinión Jurídica Journal becomes more relevant, since it is our medicine, shield, and protection weapon. We make available for our readers nine articles involving several topics of law. Researchers from Brazil, Chile, Mexico, and Colombia share not only their knowledge and fears but also their conclusions and solutions. Doing research is not an easy task; it is the result of many hours devoted to reading spending long nights without sleeping a wink, and drinking too many cups of coffee; research involves a number of questions and the search for answers in order to link phrases and concepts to obtain a text to be submitted to an academic community; but this is only the beginning of the process; the researcher should always be open for discussion, allowing confrontation of ideas and, when needed, accepting potential mistakes.For this reason, Opinión Jurídica (Issue 31) wants to make recognition to all researchers who, with so much effort and dedication, have encouraged us to fight fanaticism and not to surrender before those who abuse power concealed within institutionalism. Dear researchers: Thank you for showing us that we still can have hopes for the reason and it is possible, at least for now, to think in a better world.
