Amaia Martínez Cubillo
En un mundo cada vez más globalizado las actividades de I+D+i se han convertido en uno de los objetivos clave en la diferenciación productiva y la generación de valor añadido, dada la creciente internacionalización empresarial. El impulso de estas actividades, a través de instrumentos que incentiven su inversión, es por lo tanto una estrategia primordial a llevar a cabo, no solo desde el ámbito financiero, sino también desde el fiscal. Así, los incentivos fiscales para el fomento de la I+D+i empresarial juegan un papel esencial en el aumento de la competitividad territorial. No obstante, en el último año desde el Territorio Histórico de Bizkaia, se han promovido nuevos incentivos fiscales que, basados en la monetización indirecta de los créditos fiscales, serán esenciales para la corrección del acceso a la financiación de la I+D+i.