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Josep Borrell, Sami Naïr 
, Domènec Ruiz Devesa
El porvenir de África depende de los propios africanos. Entender lo que ocurre en este inmenso continente es una tarea imprescindible de los responsables políticos, económicos y de las élites intelectuales occidentales. África es un continente-mundo, complejo, fascinante y lleno de promesas. Aunque se puedan determinar características comunes al conjunto de las 54 naciones africanas, resulta obvio que los desafíos no son todos idénticos, que precisan de acercamientos diferentes el norte de África, la África subsahariana, el oeste y el este, y la África del sur: países unidos por una misma condición continental, pero singularizados por identidades, historias, confesiones religiosas y pertenencias cultural-lingüísticas diversas. Ante esta realidad diversa, es necesario destinar recursos y voluntad política de la Unión Europea para contribuir a hacer realidad un África estable, desarrollada y próspera. Teniendo también presente el papel inversor de China, sin duda significativo en materia de infraestructuras, pero que tiene consecuencias geopolíticas que no hay que subestimar
