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Peter Mortensen
Jack London era tanto un atleta como un ecologista, y en "The Valley of the Moon" (1913) representa el atletismo no como una distracción de los problemas medioambientales sino como el modelo de los tipos de ejercicio que los humanos modernos deben realizar para establecer una relación más sostenible con el mundo natural. Escribiendo lo que a veces parece un manual de entrenamiento ficticio, London aprovecha las ansiedades de sus contemporáneos sobre la degeneración física humana y su fascinación dominante con los deportes, la forma física y el rendimiento físico. Al mismo tiempo, London también usa su novela para abordar directamente la degeneración ambiental, valorizando las prácticas agrarias de principios del siglo XX diseñadas para regenerar la agricultura estadounidense y establecer la sociedad estadounidense en su conjunto sobre una base más ecológica. Creo que "The Valley of the Moon" merece interés ecocrítico, porque London utiliza el atletismo como una plantilla para pensar en las formas de “entrenamiento natural” que los humanos deben adoptar si desean evolucionar en gerentes responsables tanto de sus propios cuerpos como del entorno natural.
Jack London was both an athlete and an environmentalist, and in "The Valley of the Moon" (1913) he represents athletics not as a distraction from environmental issues but as the model for the types of exercise that modern humans must perform to establish a more sustainable relationship to the natural world. Writing what at times resembles a fictional training manual, I argue, London taps into his contemporaries’ anxieties about human physical degeneration and their pervasive fascination with sports, fitness and physical performance. At the same time, London also uses his novel to address environmental degeneration head-on, valorizing early 20th-century agrarian practices designed to regenerate American agriculture and establish American society as a whole on a more ecologically sound basis. "The Valley of the Moon" merits ecocritical interest, I find, because London uses athletics as a template for thinking about the forms of “natural training” that humans must engage in if they wish to evolve into responsible managers of both their own bodies and the natural environment.
