El síndrome de vulnerabilidad que vive EEUU es pasajero pero, hoy por hoy, es real y constituye el hecho más influyente de la actual situación internacional. La respuesta de la administración Bush ante este síndrome ha sido presentar al país como una potencia omnipotente. A pesar de su poder militar y económico, EEUU no podrá mantener por mucho tiempo la actual posición y tendrá que revisar su planteamiento de "conmigo o contra mi".