A pesar de que las fuerzas conservadoras han pasado a la ofensiva en Sudamérica, un país sigue anclado en la izquierda: la Bolivia de Evo Morales, donde la disconformidad se concentra en la actualidad dentro del propio campo político del jefe de Estado, sobre todo entre los mineros. La singular historia del partido presidencial, el Movimiento Al Socialismo, arroja luz sobre esta sorprendente situación.