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El entramado legislativo en nuestro país se caracteriza por una gran complejidad y densidad de normas de diferentes rangos, muchas veces desproporcionadas, duplicadas y confusas, que limita la competitividad y la capacidad de crecimiento de nuestras empresas.
Este artículo cuantifica y analiza el volumen normativo en España y en las comunidades autónomas y sus efectos sobre las empresas, por la complejidad regulatoria y la proliferación de cargas administrativas y trabas burocráticas que supone. Normas que, a su vez, representan importantes dificultades para ser asumidas por parte del tejido empresarial, especialmente el de menor tamaño, ya que obliga a dedicar gran parte de recursos y esfuerzos a su seguimiento y cumplimiento.
Las Administraciones deben regular, pero de forma simplificada y coordinada, con normas más claras, simples y en número ajustado.
CEOE Aragón entiende que una regulación es positiva si aporta valor y mejora la calidad de vida de los ciudadanos e impulsa el desarrollo económico y social; es negativa en el caso contrario. Por ello, se plantean un conjunto de propuestas para evitar la sobrerregulación y la dispersión normativa, que rompe la unidad de mercado, limita la competitividad y afecta negativamente al desarrollo de la actividad empresarial y a la generación de empleo.
