La fiscalidad es el resultado de un planteamiento ideológico y de una visión de la sociedad. Lo que determina el nivel de impuestos son las preferencias colectivas por la provisión pública y el papel y la presencia que juega lo público como elemento dinamizador de la economía, como prestador de servicios públicos y como estabilizador macroeconómico. En España hemos asistido en estos últimos años a un planteamiento político del Partido Popular, apoyado por Ciudadanos, que perseguía un Estado del Bienestar reducido, con una presencia de lo público, tanto en gastos como en ingresos, que supusiera en el año 2020 el 38 por 100 del PIB, muy alejado de la media de la Unión Europea (el promedio de recaudación en la zona del euro se sitúa en el 46,1 por 100, ocho puntos de PIB por encima del nivel de España). Un modelo de las derechas que es lo contrario al que defiende el Partido Socialista.