Eduardo Reina
Un cuarto de guerra debería ser el lugar donde se toman decisiones constantes, rápidas y drásticas, porque en la guerra (y en la política) la inacción es un camino cierto a la derrota. Pero es precisamente este elemento fundamental, la capacidad de decisión, lo que falta en tantas campañas modernas, que en otros aspectos tienen medios casi ilimitados a su disposición. Nuestra época está llena de paradojas. Se supone, en teoría, que cuanto mejor informados estemos, mejores decisiones podremos tomar. Cuanto más sepamos sobre las ventajas y las desventajas de cada opción, mejor podremos elegir. Y si en nuestra época la información abunda, si se producen y se transmiten millones de datos a cada segundo, ¿cómo es que cada vez nos resulta más difícil decidir?
A war room should be the place where constant, fast and drastic decisions are made, because in war (and in politics) inaction is a certain path to defeat. But it is precisely this fundamental element, the capacity of decision, what is missing in so many modern campaigns, which in other aspects have almost unlimited media at their disposal. Our age is full of paradoxes. It is assumed, in theory, that the better informed we are, the better decisions we can make. The more we know about the advantages and disadvantages of each option, the better we can choose. And if in our time information abounds, if millions of data are produced and transmitted every second, how is that every time seems more difficult to make a choice.