Cuba
El contexto de la situación mundial, muestra que el crecimiento de las relaciones sociales, inherentes al proceso de globalización tiene como condición el conocimiento, lo que le confiere una significativa importancia a la educación superior como generadora y difusora del mismo. De tal manera que se estrecha aún más el vínculo entre conocimiento y formación ponderando su repercusión en la escala social.
En las nuevas condiciones que revisten el proceso de formación de profesionales, la equidad en el acceso a la Educación Superior es un elemento ineludible de la justicia social, pero para lograr los resultados esperados necesita ser, a su vez, compatible con la excelencia académica. Cuidar el balance óptimo entre estos indicadores es esencial.
Las experiencias muestran que de poco sirve ampliar la cobertura de ingreso a las universidades, si no se atiende adecuadamente la calidad.
La imperiosa necesidad de revelar las peculiaridades en la consolidación de la gestión del proceso de formación, a partir del reconocimiento de la función social e histórica actual y la interiorización de los cambios que se vienen gestando, de manera que se generen mecanismos de apoyo académico, extracurriculares y sociales sensibles a las necesidades específicas de los grupos más vulnerables, nos instó a la presentación de nuestro trabajo.
Las ideas planteadas tratan de incidir en la reflexión anticipada, sistémica y coherente acerca del proceso docente desde la visión integral de la gestión de la calidad, de las que puedan promover proyectos e innovaciones con sentido intrauniversitario; cuando tratamos de profundizar en lograr el saber hacer de nuestros estudiantes en el plano profesional.