En las últimas décadas el trabajo fuera de las dependencias empresariales ha sufrido un cambio drástico derivado de la popularización del uso de internet o de los dispositivos electrónicos. El avance de las nuevas tecnologías ha comenzado a impactar de forma severa en los métodos y dinámicas de trabajo, lo cual no ha sido abordado con garantías o suficiente concreción por nuestro legislador. Este déficit regulatorio desincentiva aún la implementación del teletrabajo en nuestro país, la cual no está exenta de ciertos riesgos, pero goza de numerosísimas ventajas.