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Las elecciones presidenciales de Colombia en 2018 definirán el futuro próximo en materia política y social; unos comicios atípicos en donde se estrena como movimiento político el grupo guerrillero de las Farc, después de un proceso de negociación con el Gobierno de Juan Manuel Santos. El nuevo gobierno deberá implementar lo acordado en los diálogos de La Habana entre el Gobierno y la guerrilla, puntos que ya fueron aprobados por el Parlamento colombiano en polémicos debates, pero que requiere cuantiosos recursos para su ejecución real. Los colombianos, permeados todavía por la incredulidad y la desconfianza de las negociaciones con las Farc, pero con la esperanza de un futuro mejor para el país, votarán muy seguramente en dos vueltas (mayo y junio), entre por lo menos 4 candidaturas opcionadas que van desde la izquierda hasta la extrema derecha; en donde de nuevo juega como actor protagónico el partido político del ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
The presidential elections of Colombia in 2018 will define the near future in political and social matters; some atypical elections where the guerrilla group of the FARC is inaugurated as a political movement, after a negotiation process with the government of Juan Manuel Santos. The new government must implement what was agreed in the Havana dialogues between the government and the guerrillas, points that were already approved by the Colombian Parliament in controversial debates, but that require substantial resources for their real execution. The Colombians, still permeated by disbelief and distrust of the negotiations with the Farc, but with the hope of a better future for the country, will vote very surely in two rounds (May and June), among at least 4 candidates they go from the left to the extreme right; where the political party of former President Álvaro Uribe Vélez plays again as a leading actor.
