La revolución pendiente de la comunicación interna sigue siendo la misma de hace años: "que mi jefe hable conmigo" o, en términos más técnicos, "la implicación de la línea ejecutiva en el proceso de comunicación". Las empresas que más y mejor tienen implantada la función de comunicación interna combinan siempre elementos tecnológicos (Intranet, correo electrónico, videoconferencias...) con una estrategia de contacto humano. La alta dirección, la unidad de comunicación interna y la línea ejecutiva deben estar implicadas en el proceso.