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Lena Wängnerud
En este artículo el género sirve de lente a través de la cual se hacen visibles cuestiones relativas a la representación política: ¿A quién representan nuestras/os representantes electas/os? ¿Qué está en juego en los procesos parlamentarios? ¿Qué sabemos de la interacción entre parlamento y ciudadanía? La investigación en este terreno apunta a la importancia de la presencia de mujeres en órganos representativos, pero para poder especificar los términos de dicha importancia tenemos que asomarnos con amplitud de miras a los procesos parlamentarios. Este artículo parte de las amplias investigaciones desarrolladas por la autora en Suecia, donde el número de mujeres parlamentarias ha ido creciendo de forma estable desde los años 70 del pasado siglo. El objetivo es presentar, con base en estas investigaciones, un planteamiento teórico sobre qué rasgos debe tener un parlamento para que la presencia de mujeres en él pueda traducirse en una mejor representación sustantiva de las mujeres. Para ello se sugieren tres criterios: (i) la implementación de mecanismos de igualdad de oportunidades de mujeres y varones para influir en la vida parlamentaria; (ii) la creación de espacios para hacer valer los intereses y preocupaciones de mujeres en la agenda parlamentaria; y (iii) la producción de legislación sensible al género. Aunque el foco de este análisis será Suecia, se tendrán en cuenta los resultados de aplicar estos parámetros también en otras democracias consolidadas. Se tendrá muy especialmente en cuenta el caso de España, donde el número de mujeres electas es alto, pero la crisis económica de 2008/09 ha dado lugar a reformas en políticas sociales y de familia perjudiciales para la igualdad.
In this chapter gender serves as a lens that makes visible important issues in the field of representation: Whom do elected politicians represent? What is at stake in the parliamentary process? What do we know about the interplay between parliaments and the everyday lives of citizens? Research suggests that women’s presence in government matters but we need to take a broad approach to the parliamentary process in order to specify the conditions under which it matters. The discussion builds on extensive research conducted by the author in Sweden, a country where the number of women elected to the national parliament has steadily risen since the 1970’s. The aim is to present a theoretical approach on which characteristics inside a parliament help to translate physical representation into substantive representation for women. Three guiding principles are suggested (i) the implementation of equal opportunities for women and men to influence internal parliamentary working procedures; (ii) the creation of room for women’s interests and concerns on the political agenda; and (iii) the production of gender-sensitive legislation. Sweden will be the case in focus however the analysis will be underpinned by findings from research from other established democracies. The paper takes a special look at developments in Spain where the number of women elected is high but the economic crisis in 2008/09 stalled ongoing reformations in family policies and the welfare state.
