Las instituciones europeas han mantenido siempre un interés concreto en contribuir al desarrollo de una cultura judicial genuinamente europea que se base en el respeto a la diversidad de los sistemas judiciales y legales de los Estados Miembros; y al mismo tiempo que asegure la uniforme aplicación del Derecho en el conjunto de la Unión Europea. La formación judicial ocupa en todo este programa un papel esencial y corresponde a la Comisión fijar para el nuevo periodo 2019-2025 los ejes que se han de seguir para el cumplimiento de estos fines.