La implementación del género en la formación inicial de maestras y maestros debe ir unida a una acción política educativa coherente con la igualdad, ligada a toda democracia, a un posicionamiento curricular proactivo, porque se necesita una coherencia entre la teoría y la práctica cotidiana en las aulas. En una Universidad en donde cada vez más el conocimiento se conceptualiza en razón del valor económico, donde la educación no es un derecho ligado a la formación de las personas, sino una mercancía más; en una Universidad donde la reflexión crítica, tiene que lidiar con la creciente burocratización de la docencia; en una Universidad en la que la normativa sobre la formación inicial de maestros y maestras en igualdad efectiva y contra la violencia de género en demasiadas ocasiones se queda en papel mojado; en una Universidad en donde se sigue considerando, todavía, un asunto menor el género y no un asunto de Derechos Humanos, debemos comprometernos en generar prácticas alternativas que favorezcan la sensibilización y la formación del estudiantado desde un pensamiento divergente y crítico.
Este artículo tiene como propósito compartir nuestra experiencia desde la teoría crítica, lanzando un nuevo hilo, para ayudar a tejer esa red solidaria; una experiencia ligada a la lectura dialógica, emancipadora en el sentido freireano: la lectura de la palabra que nos lleva a la lectura del mundo, de la realidad, favoreciendo un pensamiento crítico, plural, diverso y enriquecedor, desde la voz protagonista del estudiantado, que nos compromete como ciudadanía activa.
The implementation of gender issues in the teachers-to-be initial training should be related to an educational policy action consistent with equality, and linked to democracy and to a proactive curriculim stance, since coherence between theory and daily practice in classroom is requiered in nowadays education. The modern university has become a place where knowledge is increasingly conceptualized on the basis of economic value; where education is not a right linked to people development, but simply a product; where critical thinking has to deal with growing bureaucracy; where regulations on teachers training in effective equality and against gender violence too often come to nought; where gender is still a minor issue and not a human rights one. In light of this situation, we must commit to developing alternative practices that promote students awareness and training from a divergent and critical perspective.
This article aims to share our experience in critical theory and to launch a new idea to build up a solidarity network. We present an experience linked to dialogic reading, to Freire's emancipatory education: reading the world always precedes reading the word. From students leading voice, this idea promotes a critical , plural, diverse, and enriching thinking we,as an active citizenship, are called up to engage with